El estilo retro nace en Francia en la década de 1970 cuando, coincidiendo con la muerte de Charles de Gaulle, algunos artistas de la época revisan el papel del pueblo Francés frente a la ocupación nazi. El término “retro” se generaliza a partir de esta década, y es utilizado para referirse al estilo de los años 40. De Francia paso a Inglaterra, y desde ahí al resto del mundo. Hay que diferenciar entre retro y vintage, dado que aunque muchas veces sean utilizados como sinónimos, tienen dos conceptos distintos. Mientras que el estilo retro imita al pasado, el estilo vintage se basa en la introducción de elementos del pasado, es decir, objetos antiguos. De esta forma, para que un objeto sea considerado vintage, ha de encontrarse en buen estado y contar con cierto valor estético. Es un estilo de decoración muy colorido, pudiendo combinar colores como el verde, el amarillo y el azul, pudiendo contrastarlos con toques de negro, rojo o naranja. Todos estos colores habrán de ser brillantes. Los materiales más utilizados por este estilo serán los utilizados en la época, tales como el latón, el hierro, el aluminio, el acero, el plástico, el cristal o la madera. Este estilo de decoración consigue crear interiores acogedores, llenos de calidez y originalidad.