El movimiento moderno supone una ruptura con la decoración clásica, conformándose como lo opuesto al ornamentado estilo tradicional. Este estilo abandona la decoración aplicada, dejando los objetos desnudos en su estructura. En el diseño de interiores, se empiezan a valorar más las funcionalidades que los acabados, aplicando la geometría como base del diseño. Este estilo cuenta con diferentes corrientes.

• Estilo funcionalista: Se caracteriza por la utilización de colores neutros, volúmenes geométricos y materiales de toque industrial baratos.
• Estilo neoplástico: Este estilo es muy variado, y a menudo se emplea para complementar al estilo funcionalista. Utiliza los colores primarios y los acabados sencillos.
• Estilo orgánico: Este estilo constituye el opuesto al estilo funcionalista. Utiliza el volumen de los objetos para sugerir formas que parezcan vivas.
• Estilo expresionista: Utiliza los mismos materiales que el estilo funcionalista, pero admitiendo colores más vivos como el rojo, el amarillo o el negro, y emplea los volúmenes y las composiciones dinámicas.
• Estilo minimalista: Se caracteriza por la repetición de formas y la utilización de colores suaves en contraste con otros más alegres, y busca que mediante la simple visión de los objetos, nos inspire tranquilidad y confort.
• Estilo High Tech: Caracterizado por la abundancia de formas difíciles y poco naturales, empleando el plástico y objetos que buscan transmitir mensajes tecnológicos.

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