El aceite de oliva ha sido objeto de debate durante años, y muchas personas aún creen que su consumo provoca un aumento de peso. Sin embargo, su papel en la alimentación saludable ha sido ampliamente estudiado, y la realidad es que puede ser un gran aliado para mantener el equilibrio en la dieta.
Como cualquier alimento calórico, el aceite de oliva puede contribuir al aumento de peso si se consume en exceso. Sin embargo, la clave está en cómo se incorpora a la alimentación y en qué cantidad. A diferencia de otros tipos de grasas menos saludables, el aceite de oliva aporta beneficios nutricionales que favorecen la digestión, la salud cardiovascular y, en algunos casos, hasta la pérdida de peso.
Si quieres saber si el aceite de oliva engorda o si realmente puede ayudarte a adelgazar, sigue leyendo.
¿El aceite de oliva engorda?
Para responder a esta pregunta, es fundamental comprender qué tipo de grasa contiene el aceite de oliva y cómo afecta al organismo. Este producto es rico en grasas monoinsaturadas, que se consideran saludables y necesarias para el correcto funcionamiento del cuerpo.
Cada gramo de grasa aporta 9 calorías, lo que significa que una cucharada de aceite de oliva (aproximadamente 14 gramos) tiene alrededor de 120 calorías. No obstante, su impacto en el peso depende del total de calorías consumidas a lo largo del día y del balance energético individual.
Si una persona consume más calorías de las que quema, tenderá a aumentar de peso, sin importar si esas calorías provienen del aceite de oliva, del pan o de cualquier otro alimento. En cambio, si se mantiene un equilibrio entre la ingesta calórica y el gasto energético, el aceite de oliva puede formar parte de una dieta saludable sin provocar un aumento de peso.
¿Cómo tomar el aceite de oliva para adelgazar?
Aunque el aceite de oliva es un alimento calórico, su consumo en cantidades moderadas y dentro de un plan de alimentación equilibrado puede ayudar a controlar el peso. Para ello, es importante seguir algunas pautas:
1. Sustituir grasas saturadas por grasas saludables
Incluir el aceite de oliva en una dieta de 2000-2500 kcal puede contribuir a mejorar la calidad nutricional de los alimentos. En lugar de consumir grasas saturadas presentes en productos ultraprocesados, fritos o bollería industrial, optar por grasas monoinsaturadas ayuda a regular el metabolismo y favorece la pérdida de peso.
2. Usar el aceite de oliva en preparaciones saludables
El método de cocción influye en la cantidad de aceite que se consume. No es lo mismo utilizarlo en crudo para aliñar ensaladas que para freír alimentos, ya que estos últimos absorben gran parte del aceite y aumentan su valor calórico.
Para aprovechar al máximo sus beneficios, lo ideal es utilizar el aceite de oliva en preparaciones como:
- Ensaladas frescas
- Verduras asadas al horno
- Pescados y carnes cocinadas a la plancha
- Sopas y cremas frías como el gazpacho
3. Controlar la cantidad de aceite consumida
Un error común es no medir la cantidad de aceite que se usa al cocinar. Si bien es un alimento saludable, es importante moderar su consumo. Lo recomendable es no superar las 3 o 4 cucharadas al día, distribuidas en las distintas comidas.
Una forma de evitar el exceso es utilizar un dosificador en spray o medir el aceite con una cucharita en lugar de verterlo directamente desde la botella.
4. Complementar la alimentación con ejercicio físico
Para que cualquier plan de alimentación tenga éxito, es fundamental combinarlo con actividad física. Realizar ejercicio regularmente ayuda a quemar calorías ya mantener un peso saludable.
Algunas opciones efectivas para combinar con una dieta equilibrada son:
- Caminar al menos 30 minutos al día
- Practicar yoga o pilates
- Realizar ejercicios de fuerza y tonificación.
- Nadar o andar en bicicleta
El ejercicio no solo favorece la pérdida de peso, sino que también mejora el metabolismo y la salud en general.
Beneficios del aceite de oliva en la dieta
Más allá de su impacto en el peso, el aceite de oliva es un ingrediente clave en la alimentación por sus múltiples beneficios:
1. Favorece la digestión y el tránsito intestinal
Su consumo ayuda a lubricar el sistema digestivo, facilitando la digestión y previniendo problemas como el estreñimiento.
2. Aporta sensación de saciedad
Las grasas saludables contribuyen a reducir el hambre y evitan los antojos entre las comidas, lo que puede ser útil para controlar el peso.
3. Regula el colesterol y protege el corazón
El aceite de oliva ayuda a aumentar el colesterol “bueno” (HDL) y reducir el “malo” (LDL), promoviendo una mejor salud cardiovascular.
4. Propiedades antioxidantes
Su alto contenido en polifenoles y vitamina E combate los radicales libres y retrasa el envejecimiento celular.
5. Reducir la inflamación
Gracias a sus componentes antiinflamatorios, puede ayudar a prevenir enfermedades crónicas y mejorar el bienestar general.
Conclusión
Entonces, ¿el aceite de oliva engorda? La respuesta es que todo depende de cómo se consume. Incorporado de manera moderada y dentro de una dieta equilibrada, no solo no engorda, sino que puede favorecer la pérdida de peso.
Lo importante es controlar la cantidad, elegir preparaciones saludables y mantener un estilo de vida activo. De este modo, el aceite de oliva puede convertirse en un aliado clave para mejorar la alimentación y cuidar la salud a largo plazo.





