El estilo retro se caracteriza por la mezcla de elementos de los años 50, 60 y 70, creando un entorno exclusivo y muy personalizado en la decoración de cualquier hogar. Este estilo, al abarcar una brecha de tiempo muy amplia, contará con multitud de materiales, colores, formas y texturas, siendo muy fácil de implementar en cualquier hogar. La gama de colores de este estilo es también muy amplia, ya que mientras que en los años 50 y 60 se llevaban los tonos suaves, como el verde, el amarillo o el azul, creando contrastes al combinar con el rojo, el amarillo el blanco o el negro, mientras que en los 70 se emplearon colores más llamativos, como el fucsia, el naranja o el verde lima. En cuanto a los materiales, el metal y el plástico serán los más empleados, en combinación con el vinilo y el cuero, utilizando complementos de vidrio o cristal, y el terciopelo en textiles.